El auto azul

Me siento en el primer asiento libre que mira hacia la calle. Nuestro bus va por la mano izquierda, como todo vehiculo en la Nueva Zelanda de la reina britanica. Miro por la ventana intentando capturarlo todo. El auto azul, chiquito y estacionado, contrasta contra el auto amarillo color huevo que le pasa. Un arbol grandote aparece a mi derecha mientras paramos por un instante. Me recuerda al ombu y al baobab y a los arboles banyan por su majestuosidad. En otro lugar seria el centro del pueblo y testigo de muchas historias. Aqui es solo un arbol mas al costado de una de las calles que llevan al puerto. Sobre el omnibus, el pequenio ecosistema en el que hemos caido muestra historias cruzadas por los proximos 10 minutos. Los tapabocas para las que hemos estado leyendo las noticias esta semana. Los telefonos sustituyendo el periodico. Las miradas para afuera y a las gotas de lluvia que caen sobre la ventana. Los famosos conos naranjas marcando el peligro en las esquinas. Marcando esta cultura fuertemente evaluadora y preventiva de riesgos. Mi parada llega en la calle del hospital. Bajo agradeciendo, como todes aqui. Agradecemos al conductor y a estos momentos de paz por 10 minutos en la ciudad.